En momentos en que México enfrenta una de las peores sequías de su historia, la Comisión Nacional del Agua (Conagua), sufrirá una disminución de 12.6 por ciento en el Presupuesto de Egresos 2024, con respecto a los recursos asignados en 2023, al pasar de 71.7 a 62.6 mil millones de pesos, lo que difícilmente asegura una mejor gestión del agua, advirtió el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).
En un análisis, el IMCO establece que México enfrenta la sequía sin recursos suficientes, ya que la reducción en el presupuesto plantea una incertidumbre sobre cubrir la capacidad de la infraestructura hídrica para abordar el problema, especialmente en un contexto en el que se ha experimentado una notable reducción de las lluvias debido a la tercera ola de calor que afectó a 22 estados del país entre el 1 y el 22 de junio, catalogada como la más extensa y severa de los últimos años.
«Como consecuencia, en plena época de lluvias el nivel de almacenamiento promedio de las presas en México se ubicó en 45.5 por ciento. En este sentido, existe un alto riesgo de estrés hídrico para 2024 y el presupuesto de la Conagua debería reflejar esta realidad».
El IMCO explicó que, en infraestructura, desarrollo y operación, la Conagua tendrá una inversión de 47.5 mil millones de pesos. «Los principales proyectos se centran en Durango, Ciudad de México, Jalisco, Estado de México, Sonora, Nuevo León, Baja California, Hidalgo y Sinaloa, con inversiones por 14.07 mil millones de pesos. Estas entidades han sido particularmente afectadas por las sequías en años recientes.
Asimismo, se encuentran los proyectos Baluarte-Presidio de la presa Santa María en Sinaloa, para los cuales se destinarán 7.3 mil millones de pesos, así como la construcción de la presa Libertad para el abastecimiento de agua en el área conurbada de Monterrey, Nuevo León (con 500 millones de pesos)», abundó.
El IMCO destacó que en contraste la gestión integral y función pública cayó ocho por ciento (1.2 mil millones de pesos en comparación con el presupuesto del año 2023), lo que es particularmente preocupante en el contexto actual, donde la gestión y la preservación de los recursos hídricos se han vuelto fundamentales para enfrentar la sequía.
«Se requiere inversión constante no sólo en infraestructura hídrica, sino también en proyectos de conservación y manejo sostenible del agua (como el monitoreo, la vigilancia y una adecuada regulación), que consideren de manera prioritaria la adaptación al cambio climático», manifestó.